martes, 28 de diciembre de 2010

NECESITAMOS PLAYAS



hombres largos
crecidos bañados en las aguas
del Mediterráneo...

necesitamos playas

con olas de seis pies de alto,
para poder recordar
como era el mar con ocho años.




Inspirado en una estupenda película de Mariano Llinás, Balnearios. Aquí abajo, un fragmento del primer episodio, sin duda el más bonito, aunque el poema está inspirado en el segundo:








jueves, 23 de diciembre de 2010

El árbol de las naranjas



Frigonia era un lejano país donde hacía mucho frío. Hacía tanto frío que los frutales se daban muy mal y no era fácil encontrar fruta fresca en los mercados. Así, aunque toda la población podía acceder a una porción suficiente para vivir, comer naranjas era un pequeño lujo, un capricho.

Sucedió que nació y creció un naranjo en medio de un prado. Ni muy alto, ni muy bajo. Ni muy fuerte, ni muy enclenque era. Y sus frutos, las naranjas, no eran ni las mejores ni las peores. Ni las más grandes, ni las más pequeñas. Algunas estaban verdes y otras maduras. Vamos, que parecía muy normal, peor que muchos otros.

Pero este naranjo tenía algo especial, pues era mágico. Daba naranjas durante todo el año y cada vez que alguien arrancaba un fruto, inmediatamente crecía otro exactamente igual.

Cuando los habitantes de una ciudad cercana se enteraron de este hecho acudieron en marbunta al campo y cogieron naranjas sin parar. Recolectaron muchas más de las que podían comer y muchas se pudrieron en las neveras. Pero no importaba, porque el naranjo seguía copado de sus frutos.

Corrió el rumor por todo el país y mucha mucha gente acudió al campo para así llenar sus maleteros. Cogían las naranjas a puñados, con idea de merendar o de hacer mermeladas y conservas, algunos por pura avaricia. Pero había tantas naranjas a su disposición, que los más creativos inventaron nuevas recetas, nuevos postres. Inventaron jarabes, tintes, abonos con las cáscaras. Un científico incluso estaba en el camino de crear un aceite que pudiera sustituir la gasolina.

Una vez llegados a este punto los agricultores de la naranja en Frigonia se pusieron muy nerviosos. Muchos, que eran muy ricos, pero también los más pobres, notaban disminuir dramáticamente sus ingresos. Y la verdad es que a una buena parte les costaba llegar a fin de mes. Entonces se pusieron de acuerdo. Acudieron con el puño en alto a defender sus intereses, su forma de vida, la que les enseñaron sus padres. Y una vez frente al árbol le intentaron despojar de todos sus frutos. Fue en vano, cada naranja que arrancaban, nacía de nuevo y crecía igual en un instante. Se enfadaron muchísimo. El árbol les estaba tomando el pelo. A ellos. A ellos que lo sabían todo sobre las naranjas: cuando hay que plantar, cuando hay que recoger, qué varidades son más dulces... Y con sus hachas intentaron talar el tronco.

Las gentes de los alrededores clamaban por el árbol. Dejadlo, dejadlo, es un bien para el pueblo, dijo una. Ya nunca nos faltan vitaminas. Mis hijos están sanos, dijo otro. Muchos ciudadanos del resto del país mandaron cartas al rey: proteged nuestro árbol mágico alteza, es de un valor incalculable.

Mas no hizo falta. Tras cada hachazo el naranjo sanaba su herida, tras cada empujón volvía a su posición vertical. No ardía. Patadas y palos no podían dañarlo. Era un árbol mágico.

Los agricultores volvieron abatidos a sus casas. Muchos lloraban de impotencia, otros de rabia. Pero algunos decidieron no llorar. Y estos, cada uno por su lado, marcharon decididos a cumplir con su tarea. Aquel que tenía naranjos de mayor calidad que el mágico decidió aumentar aún más la calidad para ofrecer un producto superior. Aquel que tenía un camión pensó en recolectar hasta llenarlo y viajar al norte del país para vender las frutas allí. Tres amigos montaron una cooperativa para comercializar productos derivados de esas naranjas. Otro...

Y como ya todo el país estaba acostumbrado a comer naranjas y a estar tan sanos, muchos estuvieron dispuestos a pagar por las naranjas de mejor calidad, por productos derivados, por la recolección, la selección y el transporte, por clases de cocina con naranja... Se creó un circo de malabares con naranjas, la fiesta de la naranjina, basada en tirarse naranjas, aumentó la técnica de los jugadores de fútbol, la puntería de los niños, el país entero cambió para mejor.

Un día, cuando se cumplieron diez años del descubrimiento del naranjo, el rey, ya viejo, decidió que sería bueno y justo ponerle un nombre al árbol mágico. Hizo un concurso popular para elegir el más acertado y realmente la gente participó. Sonaban muchos nombres, como por ejemplo Narángico, El árbol del Saber, o de la Abundancia, o el de la Imaginación... Pero uno gustó especialmente, pues significaba un poco lo que había sucedido en Frigonia desde que se conoció la existencia del árbol: su red de habitantes se había unido por el bien común. Así que, por petición mayoritaria del pueblo y desde aquel entonces, al naranjo mágico se le llamó Internet.







EDITO: he encontrado en la red un vídeo bastante bastante relacionado (y divertido!!). Ahí lo tenéis:
























martes, 21 de diciembre de 2010

Viudanegra



Viudanegra tú que tejes
de telarañas tu pelo
para llevarle hasta el cielo
cuando miras entre sienes.


La presa de amor no es cauta,
cede al amo (ama) y quiere
y ama y no ve, sueña y muere,
le baila con llanto el agua.





jueves, 9 de diciembre de 2010

Viceversa (Benedetti cover)

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
...desazones de verte


tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
vacilación de hallarte


tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
temores de escucharte


o sea, que resumiendo,
estoy jodido y radiante
quizá más lo primero
y también viceversa.


Versión del conocido poema de Benedetti. Los cambios son mínimos, pero ahora me parece más musical. Puede ser osado decir esto de una obra de tan grande maestro, pero soy sincero. Por supuesto, todo el mundo es libre de opinar lo contrario. Y viceversa.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Homenaje a mi tía




Me acuerdo de ti Tomasa
Rosa risa, purpurina,
Risa rosa, golondrina
¡qué el cielo sea tu casa!
tía Rosa, mi madrina.



De saber ¡cuánto sabías!
Sabia callejera rasa:
a Machín le conocías
y a la gente encandilabas.


Buena como pocos: Buena,
calma, como la paciencia,
sensible, cual Magdalena,
el amor era tu ciencia.



Pronto murió la Tomasa
Rosa risa, purpurina,
Risa rosa, golondrina
¡qué el Cielo sea tu casa!
tía Rosa, mi madrina.

lunes, 22 de noviembre de 2010

INCERTEZA DE TE AMAR



Tengo terror de amarte 
en un lugar tan frágil como el mundo, 
lugar que siempre duda y enmudece,
que nunca permanece y tanto muda.


Terror de amarte en un mundo tan frágil, 
terror de que se quiebren los huesos y las flores,
terror de que se altere el color de tu iris, 
terror de que te olvide. Y terror de aburrirte 
siempre del mismo traje. Terror de padecerte.


Incertidumbre de amarte 
en un lugar tan frágil como el mundo. 


Tengo ganas de amarte
en un lugar tan firme como un sueño,
donde todo es eterno en un instante,
donde todo perdura en un segundo.




Basado en el poema Terror de te amar de la portuguesa Sophia de Mello Breyner.

El borrador ha dado tantas vueltas en mis manos, que ahora se parece más al original que hace seis años.



viernes, 19 de noviembre de 2010

El amorqueselquerer


el amorqueselquerer se muestra:
                              se  demuestra:

comprensivamante
eróticamante
desprendidamante
enérgicamante
compenetradamante
amorosamante



miércoles, 17 de noviembre de 2010

COMO EN LAS PELÍCULAS

Fue como sucede en las películas.

La cuestión es que caminaba sin rumbo por el centro de la ciudad. Caminaba despacio intentado disfrutar de cualquier estímulo para que interrumpiera el pensar y acallara esa voz que le recordaba lo estúpido que había sido. Quería silenciarla porque era cierta y en verdad duele saberse estúpido. Resulta que tenía una entrada para un concierto, un concierto de un tipo al que seguía desde hacía años, pero a quien nunca había podido escuchar en directo. Y debido a una cadena de negligencias y despistes se había extraviado en el metro y se había pasado de largo la hora de comienzo y se había cabreado consigo mismo y se había castigado con no asistir.

Así que caminaba sin rumbo por la calle intentando disfrutar de cualquier estímulo que permitiera acallar aquella voz.

Por una cuesta de calles comerciales, unos pocos músicos callejeros se esparcían cada centena de pasos. Eran unos pocos músicos, también con pocos transeúntes. Él se fijaba en cada uno: la música es buen ungüento para calmar, la gente que camina es buena para distraer.

Antes de verlo, ya lo oía. Eran unas notas pausadas, de viola o de bajo o de violonchelo. Decidió parar y escuchar un rato, aunque no hubiera nadie más que él en torno al músico. El hombre que tocaba era un chelista viejo. No, viejo no, gastado, triste. Tocaba una canción triste cuando él se detuvo. Se situó a un lado, donde menos pudiera verse. Mientras, el hombre tocaba la canción dejando sonar las notas. Esperó a que terminara y le echó lo que llevaba en el bolsillo. Poca cosa. Le felicitó también. Con cualquier palabra, sentía que debía decirle algo. El hombre asintió, estaba agradecido. Siguió tocando, otra vez una canción triste. Pero era hermosa. Terminaban las frases con esa nota que pide el oído, durante un largo rato.

Y siguió tocando.

A veces algunos caminantes se paraban. A él le distrían pensando que en parte era gracias a que había empezado el corro, a que había roto el hielo. Algunos se paraban y le echaban monedas. Alguna chica guapa. Él sonreía, se decía para sus adentros que quién sabe, tal vez podría cruzarse alguna mujer afín y verle y pensar que era el hombre más romántico del mundo, un melómano solitario enamorado de la música de acera. Y entonces ella se enamoraba perdidamente de él y comenzaban a hablar y puede que fueran a por un café y se abrazaran y ella le mirara con los ojos muy abiertos mientras él le hacía reír. Deseaba que así sucediese, fantaseaba con esa situación. Se distraía.

Pero duraban poco los otros espectadores. Es verdad que ahora el viejo intentaba tocar algo más alegre, también más conocido. Era esa de Bach, número algo. O puede que de algún otro. Daba igual, esa música no tenía alma. Parecían puros ejercicios. El hombre digitaba rápido, movía bien el arco. Pero él se distraía. Pensaba en cualquier cosa y en él. Pensaba mucho en sí mismo, en sus miedos, en qué hacía ahí parado en la calle, en cómo afectaría al resto de transeúntes, en cómo le afectaban a él. Se distraía.

Estaba contento. Melancólico, pero contento. Hacía ya más de una hora que se había reconocido imbécil por haberse perdido en el metro. Y el concierto por consecuencia. Pero ahora percibía que podía quitarse la espina con el chelo. Con el instrumento desnudo, sin adornos ni aliños, con el intérprete sentado a sólo un metro, todo más natural, más auténtico. Resolvió que le daría diez euros cuando marchara en concepto de entrada al recital. También pensó en pedirle otra vez música lenta, pero no se atrevió. Dudaba si resultaría apropiado. Volvió a enfrascarse en sus pensamientos y a olvidar la música. Intentaba escuchar, pero aguantaba poco. Se distraía.

Llegó una chica. Primero se detuvo a lo lejos. Se fue acercando poco a poco. Él casi no fue consciente de estos actos. Luchaba por escuchar esa canción en allegro y la fue sintiendo llegar. Poco a poco, la silueta estaba cada vez más cerca. ¿Sería linda? ¿Sería una antigua conocida? ¿Un amor de esos que duran dos minutos en el metro? Pero terminó la canción y hubo un silencio entre el ruido de los caminantes. La nueva en el reparto sintió que debía actuar y fue muy amable. Le echó unas monedas y, con una amplia sonrisa, le aplaudió con las manos muy juntas, casi sin emitir sonido. Ella le miró a los ojos. Él sonrió, así la veía hermosa, tímida pero radiante. Luego ella se fue, quién sabe qué pensó.

El músico paró un momento. Con un pañuelo de tela azul se sonó. Se dedicó un rato para acomodarse y él, con un impulso extraño para sí pero positivo-por-qué-no, decidió que era el momento de darle el billete. Y de pedirle una canción. Cualquier canción pero más lenta, tal vez una canción triste. Y se acercó.

-¿Podría tocar alguna más -dudó- como las del principio? Como cuando llegué - dice nervioso-. Bueno, no se acuerda. Es igual, una más lenta, como las de antes. -añadirá-Si le apetece.

-Muchas gracias.

El acento era extranjero, probablemente de Europa del este. Pero de dónde. Sus gracias fueron sinceras, profundas. Parecía apreciar que alguien escuchara su concierto. Y que le pidieran una canción triste.

Empezó a tocar. Sin duda había comprendido a qué se refería. Notas largas y pausadas, nostalgia colgada en el aire nocturno. Él deseaba que ahora se parara un transeúnte, una pareja de novios, unos amigos bebidos. Ahora y no antes, cuando aquellas canciones para ejercitar los dedos. Ahora el músico tocaba para sí, podía oírse.

Paró de súbito. Concluyó la canción de modo brusco. Qué final más raro. Discreto, el hombre gastado sacó el pañuelo del bolsillo y se enjugó un ojo, secando, quién sabe, una lágrima. Él se conmovió. Imaginó una vida áspera y llena de dificultades. Añoranza de un amor, de una tierra u otra vida, añoranza, mucha nostalgia y dolor. El músico se recompuso y comenzó a tocar. La misma. No, otra. También triste. Incluso más hermosa. Pero menos dolorosa para el actor.

Él estaba contento. Melancólico, pero contento. Se alegró de haberse extraviado en el metro, de haber tenido la pizca de valor para detenerse a escuchar en medio de esa calle transitada. De haberle dicho bravo sin pensar. Y de haber disfrutado.

Entonces giro el cuerpo al sentir una figura a su lado.

Era Julieta.

Julieta, a la que apenas recordaba con su forma real. A la que había construido a base de recuerdos.

Julieta.

Su cara era la cara que esperaba ver en algunas mujeres que están de espaldas al volverse. La cara que a veces veía al follar con otras.

Julieta.

Su contorno era el contorno que abrazaba en esa recurrente visión en la que introducía el rostro en su melena y respiraba.

Su nombre.

Su nombre era constante en su cabeza.

-Hola. Te vi al pasar -indica con la cabeza el lugar por donde viene- ¿escuchando el concierto?-con sonrisa y ojos alegres.

-Hola Julieta. Sí. -se detiene un momento- No sabes cuánto me alegro de verte.





                               -FIN-

domingo, 14 de noviembre de 2010

ENTREPARÉNTESIS

Sobrentendidos (peligrosos):

-Te quiero, no sabes cuánto.
(poco)

-No sabes cómo te amo.
(sin ganas)

-Sin ti no soy nada.
(contigo tampoco)

Paroles...

sábado, 13 de noviembre de 2010

NECESITO RESPUESTA

Necesito respuesta, promesas necesito
en la visión afectada que cabalgo.
La siento propia, luego existe,
exacta, libre, mía, cinderella.

Te necesito: fuerza, la vida necesito
en la fricción afectada que cabalgo.
Endógena, existe desde siempre,
absurda, cauta, presa, campanilla.

domingo, 31 de octubre de 2010

RECUERDO NECESARIO

Melancolía al recordar amor pasado
es tristeza de lágrimas sonrisas:
el dolor por la ausencia producido
es prueba empírica de haber amado.

Así que es ser dichoso ser nostálgico,
recordar es vivir dos veces esta vida,
inventar y crecer, magnificar los datos,
aparcar por momentos la lucha y el castigo.


sábado, 30 de octubre de 2010

Homenaje a Miguel Hernandez

VUELO

Sólo quien ama vuela. Pero ¿quién ama tanto
que sea como el pájaro más leve y fugitivo?
Hundiendo va este odio reinante todo cuanto
quisiera remontarse directamente vivo.


[...]


No volarás. No puedes volar, cuerpo que vagas
por estas galerías donde el aire es mi nudo.
Por más que te debatas en ascender, naufragas.
No clamarás. El campo sigue desierto y mudo.


[...]

Cada ciudad, dormida, despierta loca, exhala
un silencio de cárcel, de sueño que arde y llueve
como un élitro ronco de no poder ser ala.
El hombre yace. El cielo se eleva. El aire mueve.


(Miguel Hernández)

Hoy se cumplen 100 años del nacimiento del gran poeta. Inundemos la web con sus versos!



viernes, 29 de octubre de 2010

Manifiesto por una Universidad libre de superstición y sinrazón

Debido a la proliferación de pseudociencias y negocios que se aprovechan de la credulidad de la gente, que ha llegado al punto de institucionalizarse en la Universidad pública española (la Cátedra de Homeopatía de Universidad de Zaragoza), ha surgido un movimiento internauta que exige que al menos los centros del saber del Estado se alineen en contra de este renacido oscurantismo medieval.

A continuación el manifiesto en su integridad. Si estás de acuerdo y deseas firmarlo, la final hay un link que te permitirá hacerlo (deselecciona el check de la página para que no te manden publi!!):


MANIFIESTO POR UNA UNIVERSIDAD LIBRE DE PSEUDOCIENCIA Y OSCURANTISMO

La colaboración entre la Universidad y la Empresa, así como con otros organismos y agentes sociales es enriquecedora, productiva y debe ser considerada como una de las prioridades de la política universitaria. Los acuerdos y contratos para la transferencia de resultados de la investigación a la empresa privada pueden representar una importante fuente de financiación para las universidades públicas; los cuales, desarrollados convenientemente, permiten una mayor productividad científica y la optimización de las aplicaciones de tal actividad. Sin embargo, creemos que no es justificable que la Universidad busque vías de financiación a cualquier precio, y aún menos si con ello pervierte su filosofía y fines fundamentales.

La Universidad Pública, como cualquier otro organismo de la administración, debe estar al servicio del ciudadano, manteniendo un contacto permanente con la sociedad de la que forma parte, mediante una comunicación constante que permita la sintonía entre el mundo universitario y las necesidades sociales. Para cumplir estos objetivos, la Universidad debe ser un adalid en lo referente a innovación y a exploración de nuevos caminos para el conocimiento. La Universidad nunca debe ser una estatua, sino una animación en constante movimiento.

No es posible entender la función investigadora y el compromiso social de la Universidad sin la imbricación con su papel fundamental en la formación de ciudadanos libres, capaces de enfrentarse al mundo mediante una mentalidad crítica que les permita escapar de las cadenas de la irracionalidad, la superstición y la ignorancia. Esta función docente, completamente consustancial a la institución universitaria, va más allá de las aulas, al representar la Universidad un referente en cuanto a conocimiento y racionalidad para toda la sociedad.

En este sentido, la Universidad juega un papel muy importante ante el avance que en la sociedad contemporánea están teniendo determinadas corrientes anticientíficas y antirracionales, que pueden suponer un significativo retroceso hacia el oscurantismo y la superstición, algo que se encuentra en el polo opuesto de los objetivos universitarios. Nos preocupa, como universitarios y como ciudadanos, que bien entrado el siglo XXI cada vez prolifere un mayor número de terapias más próximas a la magia que a la medicina, en muchas ocasiones amparadas por instituciones y empresas médicas profesionales; nos preocupa que presidentes de gobierno consulten astrólogos; que pulseras mágicas declaradas oficialmente fraudulentas sean portadas por ministros de sanidad y constituyan el regalo más vendido de las últimas navidades; que cada vez haya más ciudadanos que crean firmemente que las vacunas son tóxicas y nefastas para la salud; que aumente el número de enfermos que abandonan el tratamiento médico para abrazar alternativas esotéricas; nos preocupa muy seriamente que gran parte de la población vuelva a confiar más en los curanderos que en la medicina científica.

Nos preocupa que la Universidad pueda convertirse en un mercadillo que de cabida a cualquier alternativa irracional al conocimiento científico. Sólo una mal entendida apertura de mentalidad puede justificar que se enseñe alquimia en las Facultades de Química, ufología en las de Física o el diluvio universal en las de Historia. Ofrecer el foro universitario a las pseudociencias, en igualdad de condiciones con el conocimiento racional, no se traduce en ningún enriquecimiento cultural, sino en una validación universitaria de la superstición y la charlatanería. Difícilmente podremos educar a nuestros hijos sobre la inexistencia de bases empíricas en la predicción astrológica si van a encontrar en el campus universitario cursos de postgrado en astrología.

Reza una de las máximas en ciencia que la razón no debe aceptar algo como cierto sólo porque lo afirme mucha gente o porque lo suscriban personajes importantes, y que siempre es necesario detenerse ante cualquier afirmación y dudar sobre si es o no cierta. Esto obliga a actuar mucho más despacio, a sopesar cuidadosamente las opciones, a avanzar con cautela ante cualquier tipo de propuesta. Y esta es una de las cosas que creemos firmemente que debe enseñarse en las universidades.

Por todo ello, nos preocupa que la Universidad de cabida a cursos sobre acupuntura, a conferencias sobre creacionismo, a seminarios sobre astrología y a cátedras sobre homeopatía. Nos preocupa especialmente si no se enfocan como un debate crítico y un análisis racional, sino con un presupuesto de funcionalidad y validación científica de los que no sólo carecen, sino que están en frontal oposición al espíritu crítico universitario.

En el caso concreto de la homeopatía, aunque de igual aplicación para el resto de pseudociencias, no se ha demostrado científicamente ni su fundamento teórico (que contradice nuestros conocimientos sobre química y medicina más elementales), ni su efectividad más allá de un placebo. Décadas atrás, se destinaron importantes estudios a buscar una posible base en los postulados homeopáticos, los cuales no han variado significativamente en doscientos años, base que jamás se encontró.

Nos resulta extremadamente paradójico que mientras gobiernos europeos retiran fondos y apoyos estatales a la práctica homeopática, en España se instauren cátedras dentro de las universidades públicas. El aval que esto supone, sitúa a la homeopatía, a la astrología o al espiritismo dentro de la categoría de disciplinas universitarias; máxime cuando no nos encontramos exclusivamente ante una actividad de investigación sobre un fenómeno dudoso, sino ante una institucionalización dirigida a la formación y divulgación de estos postulados.

Consideramos por último, que si bien está justificado profundizar y destinar fondos a cualquier aspecto que pueda ser investigado, la especial situación económica actual convierte la inversión de esfuerzo y medios en este tipo de disciplinas totalmente desacreditadas en un acto de puro despilfarro de recursos, que podrían emplearse en líneas de investigación y docencia muchísimo más prioritarias.

Las personas que desde distintos estamentos y colectivos de la sociedad suscribimos este manifiesto, deseamos llamar la atención sobre este importante aspecto al conjunto de la población y, especialmente, a las autoridades académicas y gubernativas, confiando en que la razón acabe imponiéndose sobre la superstición y el oscurantismo.

FIRMAR EL MANIFIESTO


Yo ya lo he hecho.

miércoles, 27 de octubre de 2010

SOMOS


I

Somos
a nosotros mismos lo que quisimos hacer,
a los demás, lo que hicimos.



O, de otra forma:

II

Somos,
para nosotros, lo que quisimos,
para los otros, lo que sí hicimos.





Y un vínculo a una bonita canción de regalo.



domingo, 24 de octubre de 2010

miércoles, 13 de octubre de 2010

Leo un nuevo término -melancoholismo- y me sorprendo. Me explica tanto...

A mí.



Me temo melancohólico.



edito: más tarde he conocido un blog que así se llama. Me ha parecido interesante. Con estilo. Visítalo aquí

jueves, 7 de octubre de 2010

Yago llega a yoga



Yago llega a yoga:
-¡ya llegué yo! Gallo, mi yugo. Go!
-Yago ¿y la llaga de Goya?
-Ya, ya...
-¡Guille el gallego ya llega! ¡Y Gaia!
-Que llegue, que llegue. Pero trae mi yugo, ¡jodío espabilao!
-Jode, así no vale Yago. Es trampa.
-Ya lo sé. Pa eso tengo el yugo: pa subyugar.
-Obvio.
-Nítido.
-SSSSpetacular
-...
-...
-Tú ganas.
-Siempre.

-FIN-

martes, 5 de octubre de 2010

L-X-G-X

Un legal Lego lego lega logos,
liga luego ligas
y logra logar leguas de
lagos en un lugar de Lugo.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Hay plan para el 29: ¡Huelga General!

Yo no me considero una persona política. Tampoco un apolítico. Más bien un analfabeto político funcional. Pero algunas ideas sí que las tengo claras.


La huelga del 29, alguna huelga, es necesaria. Es necesario decir "ya basta" fuerte y claro. Porque hay motivo y ya no más podemos permancer dormidos.


Porque se recorta la i+d.


Porque aquí no pasaba nada, pero ahora resulta que es imprescindible recortar y recortar derechos.


Porque las únicas soluciones que baraja el gobierno consisten en quitar a los trabajadores.


Porque se han dado millones de euros a los bancos sin exigir nada a cambio.


Porque la economía era de championslig y ahora nos venden que no llega ni a segunda.


Porque cuatro millones de parados son demasiados parados.


Porque no hay ni una propuesta de transparencia ante la corrupción política ni de lucha contra el fraude.


Por el Plan G, ridículo e improvisado.


Por confundir con eufemismos y mentiras al electorado.


Por eso y mucho más hay que gritar ya basta. El 29 es un día como cualquier otro, pero es el día escogido para que lo hagamos juntos. Y así ese grito, que será un lamento con un atisbo de esperanza, sonará mucho más nítido y más fuerte.


Me viene ahora a la cabeza aquella vez que fue la primera que voté. Fue para las elecciones de Madrid y fue penoso. Fue cuando "el tamayazo" defecó sobre mis ideales. Y ahora yo me acuerdo de los jóvenes que en 2008 se acercaron a votar por vez primera con esa ingenuidad y esa esperanza y ese mirar confiado hacia el futuro. Me acuerdo de ellos porque hoy no es posible que vean a la política con respeto.


En septiembre, el 29 es un día como cualquier otro. Pero es el día que gritaremos juntos: ¡Ya basta!

lunes, 20 de septiembre de 2010

Poema de los Muchos Monos

Once millones de monos
con su Olivetti, al azar
y a cien pulsos por minuto,
en tres meses, más o menos,

escribiría "te quiero".

Sin embargo hay que mentar
que esos mismos monos antes,
tan sólo en doce minutos,
teclearán un "te odio".
(Semaolvidao)





miércoles, 1 de septiembre de 2010

Songify: cancionemos todo!!

Hoy vamos a hablar de un término que todavía es bastante desconocido en España: "songify", traducido por mí como "cancionar". Y esto, según la definición original, viene a ser hacer una canción con material que originariamente no estaba pensado para hacer una canción.

Aquí tenéis un videoclip que está pegando fuerte en Internet para haceros una idea. Está creado a partir de una noticia que salió en la televisión.



De los mismos creadores (The Gregory Brothers), tenemos una estupenda "cancionización" de un archifamoso video de exaltación a la Naturaleza. Merece la pena conocer el original para valorar más intensamente la canción de Double rainbow:



Pero, ¿cómo hacen esto? La teoría es sencilla, aunque luego tiene gran labor y arte a la hora de encajar todas las piezas. Comenzamos por el principio (aunque luego cada creador lo hará a su ritmo y orden idiosincrásico):

Primero se han de seleccionar las letras para armar la canción. Esto exige de cortes, empalmes, juegos y retoques de las voces o ruidos del vídeo original.

Posteriormente las voces se ajustan al tono y ritmo de la canción con programas como AutoTune y otros de producción musical.

Luego se junta todo añadiendo la parte instrumental, normalmente original, creada específicamente para cada "cancionización".

Por último se une la canción a un montaje de vídeo, obtenidas las imágenes también de la fuente original, donde se manipularán los movimientos y escenas para añadir ritmo y bailes cuando sea posible.

Por supuesto, en cualquier punto de los anteriores, los artistas pueden (y suelen) permitirse licencias en pos de un resultado final más sorprendente, divertido, interesante... ¡artístico!

Los dos ejemplos que hemos mostrado antes tienen una intención marcadamente humorística, pero también podemos encontrar "cancionizaciones" serias, con voluntad lírica o incluso de divulgación científica. La serie de Sinfonías de la Ciencia es un gran ejemplo.




Y ahora que ya conoces los que es "songify some stuff", ¿a que apetece "cancionar" cualquier cosa que veas? Pues ánimo, yo ya estoy en ello!!!

sábado, 1 de mayo de 2010

Hay bullicio hay gritos (un guión)

Hay bullicio hay tensión, hay gritos de un hombre y un niño. También se oye a una mujer. Discuten.

Entra en la habitación. Él camina taciturno hacia la mesa y recoje el vaso. El otro observa que lleva los nudillos de la mano derecha
hinchados.

- ¿Qué te ha pasado ahí?
- Ayer el niño me puso de los nervios: me cabreé. Mucho. Le di un golpe a la pared para... no sé, para aliviar la tensión. -pausa- No estoy
orgulloso.

El otro no dice nada mientras asiente.
Él se gira y se marcha. Apenas da un paso y otro,

- No le pegues nunca -severo-.

Tras un segundo un silencio

- Descuida. Ayer vi lo correcto.

Se gira y se acerca le apoya la mano en hombro
amiga.

- Gracias.