Leo. No me importa el autor,
lo desconozco. Entonces,
yo escribo su poema.
*
Me lees,
entonces crees que escribo lo que pienso,
escogiendo palabras para que me conozcas,
para que así tú sepas de mi alma.
*
Hago público un ruido
en forma de palabra.
Si te trae una imagen o gusto o el consejo
de cambiar una letra o un verso de lo dicho,
he vencido, ya es tuyo.
Y tú eres mío.
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