domingo, 5 de enero de 2014

Tienda local





Pienso en Madrid y me doy cuenta,
que ya no quedan casi
apenas tiendas.

El mall concentra el mal
concentra los dineros
en una rapaz

de las que vuelan alto, alto,
soltando unas migajas
para que estés callado.

Los muertos habrán de reciclarse,
trocar piedra en castaña:
el nuevo arte.

Pierde el vecino, el pueblo, la varianza.
Vence un manojo al resto
en la balanza.

Estos centros de ocio, dementes comerciales,
nada dejan en casa, están 
fuera de sus cabales.

Abandonamos las calles por lo coches,
nos prohíben decir que cuatro es dos más dos
pero, ay, las noches,

no faltará el guateque. Aunque todo se aleja,
perdido en la ciudad. Ayer, creamos la distancia
y soltamos la bestia.







No hay comentarios:

Publicar un comentario