sábado, 1 de febrero de 2014

luego de fijarme en ellos





Cuando no alcanzo quiero huir
cuando no comprendo: taparme los oídos
cuando la dicha se encarama digo basta y la rompo
o cuando me frustro lloro como un niño.

Ya no me creo nada, pero sé que estoy mentido
acaso se crucen nuestros ojos y tendré esperanza
tres minutos, lo que dura el acto y mi parada de metro,
porque me bajaré, de cien a cero en cinco instantes.
El niño no crece, insiste, en el cuerpo maduro.
Busca es la palabra, aunque la realidad es espera.

Volaré, deseo, antes de caer-me,
antes de partir a donde nada duele. Escapo.

Escapar de escapar. Incapaz de sentirlo. Quiero verlo.
Dame las letras, las palabras, los pájaros que nublen.
Y ciégame los puños.






No hay comentarios:

Publicar un comentario