sábado, 14 de septiembre de 2013

ebrio dbevida


I

 - ¿Volabas, decias?
 - Es una cuestión de ánimo.
 - ¿Ánimo?
 - Puede ser la soledad cósmica o la comunión mística -sólo o acompañado- donde la energía sale de las puntas de los dedos como rayos y los ojos apenas enfocan pero ven, ven todo nítido -demasiado nítido-, pero tan a gusto que no apetece tirar del cordel que sujeta la máscara.
 >> Digo que es la comunión y la soledad -la felicidad puede ser sin ser compartida-, al menos unos minutos.
 >> Que la felicidad también es sentirse absolutamente tú y entonces ya poder ser aire -o bailar- a ráfagas o a cientoveinte pulsos por minuto.
 >> No me importa el corazón porque el mundo está fuera. Y mucho más que afuera está dentro, bajo los parietales.
 >> Llámame loco, pero a veces sé, sé, porque todo está claro. Eclosionaron los huevos del nido y habitan ahora los pájaros en mi cabeza.
 >> Déjame ser -de hecho no me importa lo que opines- porque estoy siendo.
 - Pero, no te entiendo -dijo el otro-. Pareces loco. O borracho.
 - Y ¿por qué no? ¿Acaso resta verdad a lo que está sucediendo?  ¿O a lo que estoy sintiendo? ¿No podría ser una verdad efímera?
 - Me asustas.
 - No tengas miedo. Cuando lo sientas, comprenderás. Y puede que hasta des gracias a que te desbrozaron el camino.
 >>Hablaba de sentimientos y verdades. ¿Recuerdas la clásica exaltación de la amistad?
 - Sí.
 - Y por qué no exaltar la vida, esa que a veces nos cuesta tanto.
 - Si es que no te sigo.
 - Entonces no intentes comprender. Alójalo en tu corazón -puedes llamarlo memoria, no me importa- y puede que vuelvas a ello en otro día.
 - De acuerdo -dice poco convencido.
 - No hay mejor momento que la claridad -de la locura- para alguien que teme y que duda, para quien desvanece y se evapora.
 - ¿Lloras?
 - Eso dicen las lágrimas de mis ojos
 - ¿Y dónde está esa verdad?
 - No existe. Y estuvo siempre aquí.
 - Eso no tiene sentido.
 - Lo tiene cuando piensas que somos volubles y cambiantes, que seremos diferentes si se daña alguna parte del cerebro, si se anula o distorsiona. Ayer, ahora, dentro de un rato. Cuando se apaga la razón, que no todo es cordura.
 - ¿Ahora quién eres?
 - ¡Ahora soy dios!


II

Todo lo que sube, baja. Todo tiende al punto de máximo desorden. Todo lo que te regala, te lo quita -entre otras cosas, poque habita en el mundo de lo que no existe.
Generalmente pierdes más, porque cegado por la euforia se pierden las cosas y a veces se caen y se rompen o se esfuman.


III

¿Es el amor una locura llena de falsos regalos? ¿Llena de regalos irreales? ¿De lo magnífico, endiosado, ascendente, que apenas terrenal?


IV

¿Cómo combinar la realidad con la euforia? ¿Es que no hay euforia real? ¿Dónde está? ¿Qué necesita?


V

Euforia real puede ser.
Puede ser.
PUEDE SER.
Ahí está, a punto -en tu mano- de ser descubierta.


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